El uso de etiquetados en la parte frontal de los productos alimenticios que muestran las propiedades nutricionales puede afectar las elecciones alimenticias de los consumidores; por lo tanto, muchos países han establecido regulaciones para evitar la información errónea. Este estudio describe la prevalencia de los etiquetados de los productos alimenticios en tiendas minoristas en México y estima los efectos potenciales de la Norma Oficial Mexicana 051 (nueva regulación que incluye especificaciones para implementar etiquetas de advertencia y otros elementos del empaque como las declaraciones nutricionales en alimentos poco saludables). Métodos: el estudio es de tipo transversal y se analizaron los etiquetados que muestran las propiedades nutricionales, las tablas de información nutricional y la lista de ingredientes de todos los alimentos y bebidas disponibles en las principales tiendas minoristas de la Ciudad de México. Los productos se agruparon con base en su nivel de procesamiento de acuerdo con el sistema de clasificación de alimentos NOVA. Las declaraciones se clasificaron utilizando la taxonomía INFORMAS estandarizada internacionalmente.

El estudio de los problemas de salud y alimentación en diferentes contextos políticos, económicos, sociales y culturales, demanda de trabajo grupal entre disciplinas, acuerdos mutuos y la construcción de lenguajes y bases comunes para conformar grupos académicos de investigación interdisciplinarios. El objetivo de este artículo es presentar las experiencias del Seminario de “Alimentación y Daños a la Salud” (ADAS), el cual busca consolidar una propuesta de colaboración interinstitucional e interdisciplinaria para el abordaje de los problemas de salud relacionados con la alimentación y vulnerabilidad social en las zonas fronterizas sur y norte de México. El grupo ADAS está formado por investigadores-as que pertenecen a seis Centros de Investigación en padrón de Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT) y Universidades.

En este artículo se aborda el fenómeno de la expansión simultánea y explosiva, desde fines de los años 80, del gran comercio globalizado y del comercio informal y callejero en diversas modalidades en todo el espacio metropolitano de la Ciudad de México, incluidas las zonas populares. Los procesos subyacentes a este fenómeno son explorados con base en la observación de las prácticas de consumo de la población metropolitana, realizada en áreas testigo distribuidas en distintas zonas de la conurbación y correspondientes a diferentes tipos de contextos urbanos y estratos socioespaciales. El análisis de estas evidencias muestra, por una parte, que se asiste a una reconfiguración de las prácticas de consumo que presentan, como era de esperarse, perfiles diferenciados de acuerdo con la localización de la vivienda en el espacio metropolitano, el tipo de hábitat en la que ésta se inserta, el nivel socio-económico de individuos y hogares y el contraste entre movilidades basadas en el uso habitual del automóvil o del transporte público. Pero, por otra parte, que están marcadas en conjunto por una economía específica de la movilidad y por la complementariedad entre las formas globalizadas del consumo, que tienden a incorporar, aunque de forma diferenciada, a todas las clases sociales, y el papel jugado por el micro-comercio informal.

En el documento se aborda la importancia de realizar una revisión sistemática antes de iniciar cualquier tipo de investigación. Lo anterior permitirá conocer la pertinencia de realizar dicha investigación y al mismo tiempo ofrecerá la posibilidad de abonar al tema de estudio en el caso de que no exista información confiable y actualizada. La investigación basada en evidencia requiere de la toma de responsabilidades por parte de investigadores, organismos de financiación, entidades reguladoras, editores y revisores, formadores, pacientes y consumidores, especialistas en revisiones sistemáticas, bibliotecarios y programadores.

El consumo de alimentos representa una variable necesaria para medir las asimetrías sociales si estas se originan por una distribución inequitativa de la riqueza. En México se han podido observar ciclos económicos en donde se presenta el deterioro del poder adquisitivo y del gasto, traducido en un decremento de la calidad de la dieta, muchas veces estos periodos van acompañados de un aumento en generalizado de precios, lo que agrava aún más la situación de acceso a los alimentos. No es igual para todos los estratos de la población, así, es posible hablar de una homogeneización de la oferta de alimentos, mas no del consumo, aunque es posible hablar de algunos razgos identificados en el consumo alimentario mexicano como: yuxtaposición, convergencia, explante, transplante y fragmentación. El patrón alimentario se expresa por las vertientes social (producto de la estratificación del ingreso) y espacial (la región define los rasgos de consumo). La situación actual sobre las condiciones nutricionales solo puede entenderse en la medida que sean consideradas la heterogeneidad espacial y social específica del ingreso en los momentos de crisis, las oscilaciones que presentan los ciclos económicos y los efectos de la globalización de los mercados. El desempeño de los productos agrícolas y el abasto de alimentos también son variables que dan cuenta de la vulnerabilidad de las condiciones alimentarias de un país, se identifican cuatro patrones específicos de abasto de hortalizas de acuerdo al potencial y la vocación agrícola de la región. Existe también una caracterización por entidad de acuerdo al nivel de consumo.

El objetivo del articulo es describir una propuesta de modelo conceptual para sistematizar los factores que condicionan los ambientes alimentarios y la forma en que estos se expresan en la conducta alimentaria de la población chilena. Métodos. Estudio realizado en Chile que incluyó cuatro etapas secuenciales e iterativas: revisión de la literatura, apertura de discusión del modelo preliminar, generación de un segundo modelo y nueva discusión con expertos y elaboración de modelo conceptual definitivo. Resultados. Se elaboró un modelo conceptual que incluye cinco ambientes alimentarios interrelacionados, aunque con características distintivas: ambiente doméstico, ambiente vía pública, ambiente institucional y organizacional, ambiente de restauración y ambiente de abastecimiento. Se sitúan al sistema alimentario y a la cultura como las variables más amplias del modelo. Los determinantes sociales de los ambientes alimentarios y alimentación constituyen los factores estructurales e intermedios de estos ambientes. En una relación más directa con los ambientes, se hallan la industria alimentaria y las políticas en alimentación y nutrición. Por último, se incluye al individuo y la cohesión social como parte del modelo, ya que son los individuos o los grupos quienes transitan dentro de los ambientes alimentarios. Conclusiones. Este modelo representa un conjunto de definiciones, conceptos y relaciones que tienen una interacción compleja y multidireccional, por lo que el modelo contribuye a comprender de forma integral el fenómeno de cómo son condicionados los ambientes alimentarios sobre la conducta alimentaria.

Los problemas de salud de la población asociados a la alimentación han movilizado a los gobiernos a diseñar políticas públicas alimentarias que reduzcan dichos padecimientos. Los ambientes alimentarios son dinámicos, actúan a nivel microsistema, mesosistema, exosistema y macrosistema, por ello son capaces de vincular fuertemente a los individuos con sus comunidades y por consiguiente con las regulaciones impuestas por las políticas, evidenciando que la salud relacionada con la dieta, no es solo responsabilidad del individuo. Para generar intervenciones pertinentes en los ambientes alimentarios se requieren modelos metodológicos que estén basados en las distintas realidades de cada región. Un ejemplo claro de lo anterior se refleja en los cinco ambientes alimentarios identificados en Chile en el 2016 que incluyen el ámbito doméstico, la vía publica, los comercios donde se ofrece comida, los sitios como casinos y máquinas expendedoras y las ferias y supermercados entre otros. A la par, Chile ha ido implementando normativas en el etiquetado de productos que no cumplen con los requerimientos nutricionales, asi como, prohibiciones en la venta de este tipo de productos en las escuelas y sus alrededores.